jueves, 4 de julio de 2013

Sendero de interpretación TOTALMENTE NATURAL



El trabajo en los orquidearios, que comenzó de una manera artesanal y sin contar con información suficiente, se fue enriqueciendo gracias a literatura traída de otros países. En la actualidad, los orquideólogos de Montecarlo les han tendido la mano a sus hermanos aborígenes de la etnia mbyá-guaraní de Teko' a Arandú, en Pozo Azul, departamento de Eldorado. Una ley provincial que prohíbe que las orquídeas salgan del territorio con sus raíces sueltas, les sirvió de vehículo para brindar talleres a los pobladores originarios con el fin de realizar mejores presentaciones de estas especies para su comercialización con el turismo: hoy las flores se venden enraizadas en pedazos de troncos, en maderas o en macetas, de tal manera que el aborigen -que consigue las orquídeas en la selva donde crecen naturalmente-, logra una forma de hacerse de dinero en efectivo. Anteriormente los guaraníes vendían manojos de plantas a un precio vil.

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