Es un laxante suave bien aceptado por su sabor agradable.
Tiñe la orina de color verdoso o marrón.
La pulpa de las vainas se usan como laxante1 (en infusión por vía oral), y para tratar afecciones respiratorias (catarro, gripe, resfrio, sarampión, tos, tos ferina) y urinarias, derrame biliar, hinchazón, varicela y diabetes.
Con las flores se prepara un jarabe para el estreñimiento.
La decocción de las hojas se usa para tratar cálculos biliares, y enfermedades renales.
Tópicamente se usan las hojas para tratar picadura de avispas, la cataplasma de la pulpa del fruto se usa para golpes y contusiones, reumatismo, mordeduras de culebras, tumores y cáncer.2 El rizoma se usa contra enfermedades de la piel, y la corteza se una como astringente.
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